
Ejercían la dirección de la administración publica y comandaban los ejércitos. Tenían, también, competencia jurisdiccional en causas civiles y criminales.
Las amplias facultades políticas de los cónsules se fueron restringiendo a medida que se iban creando nuevas magistraturas que, en cierta forma, vinieron a descentralizar el poder. La aparición de la pretura en el año 367ac quita al consulado los poderes consulares; una lex ovinia (312ac) traslada de los cónsules a los censores de facultad de elegir a los senadores (LECTIU CENATUS); por fin, la creación del tribunado con la facultad de veto de las decisiones de los magistrados patricios, constituyo otra restricción a los amplios poderes políticos-administrativos de que estaban investidos de los cónsules.